La junta directiva del FC Barcelona da ya por rotas y finiquitadas sus relaciones con la cúpula actual de la FIFA. La sanción impuesta contra el club azulgrana por el caso de La Masia, por la que no ha podido inscribir futbolistas en el primer equipo durante las dos últimas ventanas de mercado, y las últimas decisiones del organismo que preside Joseph Blatter contra jugadores de la cantera han convertido la situación en insostenible para Josep Maria Bartomeu.
Recientemente, y por imposición de la FIFA, el Barça ha tenido que dar la baja a cinco canteranos (Fode Fofana, Matías Lacava, Ben Lederman, Patrice Sousia y Jang Gyeolhee) y además ha visto como este organismo les comunicaba la inhabilitación temporal de otros once jóvenes futbolistas, ocho de Fútbol 11 y tres de Fútbol 7, a la espera de que se regularicen sus casos. El caso de Patrice es aún más sangrante dado que le han impedido incluso vivir en la residencia de La Masia y ha tenido que irse a la casa de un compañero de equipo.
Ante este escenario, Bartomeu ha arrojado la toalla con Blatter y su equipo directivo. “Es todo tan injusto, exagerado y desmesurado que estamos esperando a que cambien los dirigentes para que podamos tender nuevos puentes con la FIFA”, admtitió el presidente del Barça el pasado lunes durante la presentación del patrocinio de Lassa Tyres. Este cambio de guardia en la FIFA debe llegar en breve. El halo de corrupción que rodea a este organismo por los escándalos de las concesiones de los próximos Mundiales a Rusia y Qatar ha puesto a Blatter en la picota, hasta el punto de que tras un amago de dimisión convocó elecciones a la presidencia para el próximo mes de febrero. Pero hasta entonces, sigue al frente de la nave.
Ante esta situación, y según fuentes del FC Barcelona, el presidente está meditando seriamente dar plantón a Blatter en el próximo Mundial de Clubs que se celebrará en diciembre en Yokohama (Japón). El equipo debe jugar la competición en busca del repoker de títulos que puede lograr en 2015 (Liga, Copa, Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubs), pero la presencia de directivos y del presidente en Japón no es imprescindible.
La medida no dejaría de ser de cara a la galería, pero en el club consideran que una ausencia de los dirigentes del FC Barcelona en un evento tan mediático para la FIFA daría pie a que en todo el mundo se hablase de este plantón y de las causas que lo han provocado. En este caso, el Barça parte de la base de que es una total injusticia lo que se está haciendo con los jóvenes canteranos afectados por las últimas decisiones de la FIFA y que el asunto debe conocerse en todo el mundo y no quedar solo en el ámbito informativo de Catalunya y España.
Por ahora, se está meditando seriamente este plante a Blatter en el núcleo duro del club. Faltará que finalmente Bartomeu decida tirar adelante con él, algo que no hay que dar por hecho al cien por cien dada la política de extrema prudencia que está siguiendo el club, acatando al pie de la letra las prohibiciones de FIFA. Además, en la junta directiva hay voces de peso que siempre abogan por que el Barça esté representado al más alto nivel institucional en los eventos en que el club tiene protagonismo. Y un Mundial de Clubs, evidentemente, lo es.
En todo caso, hay un precedente: en la última gala del FIFA Balón de Oro, celebrada el pasado mes de enero en Suiza, ya no acudió ningún directivo ni el presidente Bartomeu. El club estuvo representado por los ejecutivos Albert Soler y Raül Sanllehí, en una muestra clara del descontento de la junta directiva y de su presidente con Blatter.
Por cierto que la reciente defenestración de Jerome Valcke, secretario general de FIFA, por un supuesto escándalo de corrupción para ganar dinero bajo mano inflando el precio de las entradas del último Mundial de Brasil ha sido acogida en el club como una nueva muestra de que la FIFA predica unos valores y los incumple sistemáticamente: está cebándose con el Barça de forma injusta (sobre todo en lo que hace referencia a sus últimas decisiones sobre los niños de La Masia) cuando el gran problema, la corrupción, lo tiene dentro de su propia cúpula directiva.
Fuente: Mundo Deportivo
