En el FC Barcelona aún no salen de su indignación el día después de que Antonio Miguel Mateu Lahoz, el árbitro del derbi ganado ayer en Cornellà-El Prat, fuera expresamente a pedir disculpas a los jugadores del Espanyol en la puerta de su vestuario justo antes de empezar la segunda mitad por haber concedido el 0-2 de Messi pese a estar Luis Suárez en fuera de juego en la acción previa. La estupefacción es total en el seno del club azulgrana, que entiende como escandaloso que el colegiado valenciano pidiera perdón por su error de apreciación. Más aun, llama mucho la atención que alguien le hiciera llegar al árbitro que se había equivocado con toda la segunda parte por jugarse. Hacer por saber si se había equivocado o no, desde luego no parece el mejor método para que un juez, que a fin de cuentas es lo que es un árbitro, encare limpio de mente y de prejuicios toda una segunda parte.
Si la actitud Mateu Lahoz antes de volver al césped dejó atónitos negativamente a los jugadores y técnicos barcelonistas, la expulsión de Jordi Alba en el minuto 9 del segundo tiempo por decirle simplemente “siempre a mí” segundos después de una amarilla por protestar acabó de encender los ánimos en el banquillo del Barça. Las imágenes de televisión ayer confirmaron la versión del futbolista del Barça, que vio la tarjeta roja por una expresión quejosa, pero jamás falta de respeto.
El árbitro dialogante sí aguantó a Cristiano
Lo más sorprendente del asunto es que Mateu Lahoz pasa por ser el árbitro más dialogante de la Liga. Tanto es así que en el último Clásico en el Camp Nou entre Barça y Real Madrid, Mateu escuchó impasible como el madridista Cristiano Ronaldo, tras ser amonestado, se tocaba repetidamente sus partes mientras exclamaba varias veces: “¡Te gusta! ¿eh?”.
En ese caso, Mateu no actuó, pero la frase de Alba no tuvo un trato tan deferente. “Fue amonestado por el siguiente motivo: protestar una decisión mía”, reflejó en el acta Mateu Lahoz sin más. Es decir, la desproporcionada roja no tuvo después una disculpa del colegiado valenciano con Alba ni con otro miembro del vestuario del líder de la Liga como sí existió antes con los jugadores del Espanyol.
Luis Enrique, que no suele hablar de los árbitros, no se calló esta vez en la rueda de prensa. “Por lo que me ha dicho Alba, sus palabras han sido ‘siempre a mí’. Y eso, a no ser que sea el título de una película de terror, no es motivo de expulsión”, denunció el técnico asturiano como portavoz de una plantilla harta cada vez más de Mateu Lahoz. También los jugadores del Barça hablaron de Mateu, algunos con ironía, como Sergio Busquets. “Ya conocemos a Mateu: a él le gusta ser protagonista y lo ha sido”.
Fuente: Mundo Deportivo
